04-11-2020
Dra. María Elena Álvarez-Buylla Roces
Directora General del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología
A la opinión pública:
En los últimos días de octubre pasado, autoridades del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) comunicaron a las y los titulares de varias instituciones de educación superior privadas que, por una decisión unilateral del Conacyt, no se renovarían los convenios que habían suscrito con ellas. Asimismo, se les informó que la misma medida se aplicaría a todas las universidades privadas que tuvieran convenio con el Conacyt, entre las cuales figuran el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), la Universidad Iberoamericana y la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP), muchas de ellas sin fines de lucro.
En dichos convenios se asienta, entre otras cosas, que el SNI otorga a los investigadores adscritos a esas instituciones, el estímulo que les corresponda, en función de los resultados de su evaluación, lo mismo que el compromiso de estas universidades e institutos de realizar inversiones en actividades o infraestructura de investigación por la misma cantidad a la que asciende el estímulo otorgado a sus investigadores. La no renovación de este convenio, según informaron las autoridades de Conacyt, implica que los investigadores pertenecientes al SNI adscritos a dichas instituciones ya no recibirán el estímulo económico.
Según datos de 2019, el SNI contaba con aproximadamente 1,500 miembros adscritos a instituciones privadas de educación superior, lo que corresponde a aproximadamente el 5% de la membresía, considerando todos los niveles.
La Asamblea de la Sociedad Matemática Mexicana, reunida el pasado 22 de octubre, lamenta profundamente esta decisión unilateral de las autoridades del Conacyt, pues va en contra del fortalecimiento de la investigación científica en México y constituye un acto de discriminación que afecta no solamente a los investigadores que laboran en esas instituciones, sino a toda la investigación científica que se realiza en el país. Contrario a lo que se pueda creer, el estímulo económico no representa un ingreso que cubre los sueldos que los investigadores perciben por su trabajo docente en las universidades privadas, sino que busca, como lo establece el mismo reglamento del SNI, “reconocer y premiar con distinciones y, en su caso, con apoyos económicos, la labor de investigación científica y tecnológica del país.” Desde luego conviene recalcar que, en ningún caso, este estímulo económico se otorga a las instituciones, sino directamente a los investigadores.
También es pertinente destacar que la producción científica de las y los investigadores de instituciones privadas beneficia a todo el país y no sólo a la iniciativa privada. Basta ver la lista de proyectos y productos que ellas y ellos desarrollan para advertir el impacto que sus investigaciones han tenido en el desarrollo científico de México.
La Asamblea de la Sociedad Matemática Mexicana hace un llamado respetuoso a las autoridades del Conacyt para que inicien negociaciones con las instituciones de educación superior privadas y que, mientras estas negociaciones siguen su curso, se continúe otorgando el estímulo económico a sus investigadoras e investigadores.
En representación de la asamblea, atentamente,
Renato Iturriaga